Callao24

Parrillero a la chalaca

“Comida de los puestos de la calle”, es la propuesta del cocinero limeño Jhosef Arias. Callao24 abrió sus puertas hace dos años y medio, y es su segundo local en Madrid, tras Piscomar, su primer restaurante.

Se encuentra en el popular distrito del Puente de Vallecas. La decoración es sobria y las mesas se nombran como los distritos de la ciudad del Callao, courbana a la capital Lima, en Perú.

El restaurante tiene dos ambientes. Nada más entrar, está la barra, con un espejo al fondo que expresa con tipografía blanca la jerga peruana y unas pocas mesas, y tras pasar un marco de puerta, el salón principal.

La carta tiene platos que en casi la mayoría de los restaurantes peruanos se puede encontrar, como ceviche, causa, chaufa, lomo saltado, aunque también apuesta por otros reinventados como las croquetas de arroz con pato, huancaína y salsa criolla, el “huaralino”, que es carne asada de cerdo con hierbabuena y salsa criolla, o el “parrillero a la chalaca”, pulpo suave entre pequeños montoncitos de bolitas de causa, papas con piel cocidas, choclo, salsa de olivo, salsa criolla y chimichurri de huacatay, combinación que recuerda a la forma que se sirven en los puestos callejeros de la ciudad; éste último es el que más me transmitió la esencia urbana de Callao24, aunque la estética es más estilizada que la que encontramos en la calle. La idea es compartir pero los platos son justos de cantidad.

Croquetas de arroz con pato, la barra, cheesecake de lúcuma

Tarta de chocolate, tarta de 3 leches, pie de limón y tarta de lúcuma, cuatro postres para elegir.

Los fines de semana es mejor reservar aunque si hay lugar te pueden hacer hueco en la barra, porque suele estar lleno. En cuanto a la forma de llegar, mejor en transporte público que está bien comunicado en metro y bus, porque yendo en auto la zona para aparcar es un poco complicada.

Teléfono: 910 85 22 10

Dirección: Calle Monte Oliveti, 19, 28038, Madrid

Horario: Martes a Domingo de 13:30 a 15:45 PM y de 20:30 a 23:00PM. Cierra domingo por la tarde y el lunes todo el día.

Web: Callao24

Precio medio: 15 euros. No incluye bebidas.

Mapa:

Presentación de ‘Mi dieta ya no cojea’ de Aitor Sánchez: “Hay mucha gente que se asusta y dice que todo lo procesado es malo, pero hay productos procesados que son sanos”.

Aitor Sánchez, dietista nutricionista

Me encanta la cultura del bar en España, socializar y comer, ¡qué más se puede pedir! Pero a la vez, he encontrado en su oferta los típicos refrescos gaseosos de cola, naranja o limón, los zumos embotellados o las tapas de papitas fritas. En Perú, yo estaba acostumbrada a beber mis zumos de frutas “de verdad” en los restaurantes, esto es muy fácil de encontrar en cualquier sitio, o incluso bebidas de avena y quinua o de hierbas, en puestos de la calle. Aquí, suelo preguntar siempre por el zumo de naranja natural que se suele servir en el desayuno, a cualquier hora, aunque me vean como bicho raro.

Aitor Sánchez es dietista-nutricionista y el autor del best seller “Mi dieta cojea”, donde desmonta mitos alimentarios como «la grasa engorda», «Para adelgazar debemos tomar menos calorías», «los huevos suben el colesterol» y muchos más, sabe todos los trucos que la industria alimentaria utiliza para escondernos información debido a que también es tecnólogo alimentario y se encargó de ello. El miércoles pasado presentó su nuevo libro “Mi dieta ya no cojea” en la Fundación Teléfonica, con un numeroso público que llenó la sala. En su charla, me ha hecho entender que no es que yo sea rara, sino que la salud hasta cierto nivel se ha ridiculizado. Ha dado un ejemplo de los niños en el colegio: “llevar un bollycao porque viene con el cromo mola, o llevar una bolsa de patatas que viene con los tazos, también; sin embargo, si tu hijo va con un bocadillo de humus a clase es triste porque van a decir ‘qué pringao, tiene aquí un bocadillo raro’, incluso se va a esconder para que no le peguen, y se prefiere a veces anteponer su independencia y gastarse el dinero en basura. Nos han vendido esas expectativas desde pre adolescentes”, señala Aitor.

Mi dieta ya no cojea

El libro es una guía práctica para comer sano sin complicaciones, con consejos para crear una burbuja saludable en nuestro entorno, ideas para crear menús con tablas nutricionales y planificarlos para la semana, recetas fáciles, recomendaciones para superar retos dentro y fuera de la casa, información para aprender a leer los etiquetados de los productos del supermercado así como reflexiones sobre modelos de consumo para comer éticamente, con más productos vegetales, que sean locales, de temporada y que estén menos procesados.

También, hay muchas cuestiones polémicas que se discuten en la actualidad y están revisadas en su libro como el vegetarianismo, el veganismo, el kilómetro cero, los alimentos de Comercio Justo, los alimentos ecológicos, aunque no todos lo son, porque “nos han hecho creer que son mejores, pero a ver, si estoy comprando ternera ecológica de Chile, es una contradicción de sí mismo, porque ni la ternera es ecológica ni nunca lo va a ser, y traer algo de Chile nunca va a ser ecológico, y más si es una carne congelada y hay que transportarla”, así como este ejemplo desmonta muchos de los mitos que la publicidad nos ha hecho creer.

La misión de su libro es darnos a conocer toda esta información y que como consumidores, tengamos la libertad de elegir el modelo de consumo que más nos interese y la elijamos según nuestros valores.

A continuación dejo por aquí algunas citas extraídas de la presentación del libro de Aitor Sánchez en Fundación Telefónica, que nos hace considerar el estilo de vida que llevamos con la comida industrial y que podemos transformarlo en una vida saludable.

Sobre los procesados

“Hay mucha gente que se asusta y dice que todo lo procesado es malo, pero hay productos procesados que son sanos, unas verduras congeladas, unas legumbres en bote, pescado congelado, unas conservas de pescado y de verduras es saludable ¿una lasaña congelada o espinaca congelada? Eso es sentido común”.

Sobre los etiquetados

“No podemos pasarnos la vida leyendo etiquetado, y lamentablemente no lo han puesto fácil, porque el etiquetado debería estar al servicio de la ciudadanía. Yo quiero saber qué estoy comprando, desgraciadamente tenemos un montón de triquiñuelas, para las personas que somos tecnólogos alimentarios sabemos ocultar o maquillar información para que no le prestéis información a lo importante de un alimento. Por eso los típicos cacaos solubles, como el ColaCao o el Nesquik tienen el 78% de azúcar, pero tú cuando miras la caja ves ‘con Zinc, con magnesio, con hierro, con vitaminas, con minerales’ ¡y se les olvida decir ese montón de azúcar!”

Sobre las recetas caseras

“Algunas recetas de patés vegetales se pueden hacer en casa. Hay patés que están muy ricos y es tan sencillo como triturar las cosas. Si podemos criar a un cerdo, arrancarle intestino y triturarlo, no me llamen raro si trituro una berenjena. En una tostada se puede untar casi cualquier cosa”.

Sobre los precios

Comer sano puede ser caro dependendiendo qué elijas. Tenemos esa idea porque el aguacate es caro, el salmón es caro, el arroz salvaje es caro, la quinua se sube de precio…, el tema es que no hay que ir a esos productos, puedes comer sano a base de productos muy baratos, los garbanzos son bien baratos, o si quieres ahorrar compra pescado y menos carne”.

“Más bien es lo contrario, comer mal es barato. Hay ciertos productos que son imbatibles en precio tú dile a una familia, de bajos ingresos económicos una familia que sean 6 en el núcleo familiar que tenga pocos ingresos, una familia muy humilde que no desayune una cosa que no sean galletas, ¡cómo superas los 8 cilindros de galletas a 160 euros! Ése es el verdadero problema que comer mal, lo ultraprocesado es excesivamente barato. Pero entre lo excesivamente barato y la pijada máxima, está una dieta saludable y puede ser de cosas vulgares, como los garbanzos, las alubias, las patatas, los calabacines, las berenjenas. Eso es saludable, es barato, es sostenible, de cercanía y encima no contribuimos a más plástico ni más contaminación”.

 

Más información sobre alimentación y nutrición en el blog Mi dieta cojea del dietista nutricionista Aitor Sánchez.

Suspiro de Limeña en la presentación del libro Mi dieta ya no cojea

¿Cómo se abrió el primer restaurante peruano de Madrid en 1973? Entrevista a Magalli Ferrari, dueña del restaurante “El Inca”

Magalli Ferrari

Siempre había querido conocer El Inca, el primer y más antiguo restaurante peruano en Madrid desde 1973, y al entrar pienso ‘aquí empezó todo’.

En los años 70 y 80, el Perú era un país totalmente desconocido en España, se sabía a grandes rasgos que era parte de América Latina, que la capital era Lima y poco más. Ante este panorama, ¿cómo a alguien se le podría ocurrir abrir un restaurante peruano en la capital?, pensé. Los dueños originales nunca se hubieran imaginado que marcarían el precedente para dar paso a que nuevos restaurantes peruanos se abrieran en Madrid, y mucho menos, vislumbraron que la gastronomía peruana sería reconocida por el mundo, casi tres décadas después.

Eran los años 70. El Perú vivía una época de crisis política por el golpe de Estado del dictador Juan Velasco Alvarado, habían un montón de huelgas violentas en la calle, y mucho desorden público. Muy singular es que España tuviera el mismo sistema de gobierno, aunque el clima político, económico y social era otro, el duro régimen del dictador Francisco Franco llevaba establecido 40 años y había una cierta estabilidad.

Magalli Ferrari, limeña y actual propietaria del restaurante El Inca, me cuenta cómo era en aquellos tiempos. A los 7 años de edad emigró a España con sus padres escapando del caos.

“El Perú estaba muy bien en el sector económico, la moneda era el dólar, tú venías a España con un colchón. Mi madre me decía que comprar una lavadora era como comprar un lapicero. Lo que más me sorprendió era que en Lima teníamos televisor a color y todos los canales del mundo y en España sólo teníamos blanco y negro y dos canales, no había más. Pero en Lima, las cosas estaban para abajo, así que dieron el paso y dijeron allá hay trabajo, vamos”, me comenta.

Y añade, “en ese entonces, la gente que emigró eran personas muy cultas y aquí (en España) se necesitaba gente cualificada”.

A pesar de la pobreza, en la España de Franco “había trabajo, seguridad en las calles, podías caminar hasta tarde y no pasaba nada”. Recuerda sonriendo que “llamabas al sereno con palmadas para que viniera y te abría el portal, era como el guarda. Parece que esto es antiguo, pero España ha evolucionado recién hace 20 años”.

A los 14 años, Magalli retorna a vivir a Lima, “Mi madre emocionada me enseñaba la Plaza Mayor, orgullosísima e íbamos a comer por el centro, en medio de las bombas lacrimógenas y ella decía ‘esto es normal’, pero para mí no lo era, lo que más me asombraba era esa naturalidad con la que se veía las cosas”.

 

El Inca en 1973

 

El restaurante El Inca nace de las reuniones de los profesionales que migraron a Madrid y empezaron a trabajar en buenas empresas. “Entre todos ellos se conocían. El dueño original, Richard, era periodista, locutor de radio y fundador del restaurante junto a su mujer”. Magalli lo recuerda como “un señor de Lima, como los de antes. Era un señor trajeado, muy organizado, elocuente, educado, un caballero. Eso en la gente española les llamaba la atención, les hablaba de su música, hasta ahora la gente pregunta por él.”

Tiempo después, “su mujer y él estaban ya mayores, se fueron a Alicante con sus hijos que ya no querían el negocio, así que se lo dejaron a un camarero que se llamaba René pero este pobre no supo cómo administrar y tampoco pidió ayuda”.

 

El Inca en 2003

El Inca, actualmente

Magalli y su relación con la cocina comenzó desde que era pequeña. “Mi mamá siempre cocinaba peruano, ella fue la que nos aficionó. A mí me salían bien los asados, los chicharrones, los sanguchitos, tengo todavía en mis manos cicatrices de cuando manipulaba el trinche”, y me muestra orgullosa y sonriente sus manos.

Ya radicando en España, en el año 2000, Magalli invierte adquiriendo una franquicia inmobiliaria, y tal es la casualidad, que uno de sus nuevos clientes era el dueño de El Inca, que pretende traspasarlo porque no va nada bien. La noticia hace eco en su tía, la cual llevaba más años que ella en España y conocía toda la historia del local, y la convence para ir a visitarlo, le dijo“vamos a comer a El Inca”.

Me explica Magalli que El Inca en sus inicios era el punto de reunión de los peruanos y toda la gente acomodada española de la época, era un sitio regio. Sin embargo, cuando el fundador lo deja en manos de los camareros, el negocio se hunde irremediablemente. Durante este almuerzo con su tía, en un punto de nostalgia y sentido del deber, ambas se autoconvencen de que pueden sacarlo adelante, y deciden tomar las riendas del negocio. Devolverlo a la vida les supuso nada menos que 200.000 euros, una buena cantidad, para la época.

Así las cosas, en 2003, Magalli continuó con la historia de El Inca. En ese momento, me cuenta “cuando yo comencé éramos 5 restaurantes y apenas quince años más tarde se han abierto un total de 180”. En esta época ya se iniciaba con fuerza la revelación de la gastronomía peruana en el mundo con el chef Gastón Acurio a la vanguardia.

 

Los ingredientes viajeros

 

Hasta hace poco, tener un ají amarillo o cualquier otro producto peruano en España era como si fuera la última botella de agua que quedaba en el desierto, era una necesidad. Magalli describe “antes venían los paisanos con una bolsa de yute, literal, diciendo ‘tengo rocoto’, ‘¿a cuánto?’, preguntaba,‘13 el kilo’ ,y ahí tenía cámara congeladora y los echaba, luego otra de yute con ají amarillo, ‘¿cuánto tienes?’, ‘6 kilitos’, ‘traiga para acá’, y con el pisco pasaba igual”.

Otro manera de remediar la falta de ingredientes era sustituyéndolos por productos locales. “Por ejemplo se usaba la aceituna negra de kalamata que es muy parecida a la nuestra, teníamos que buscarnos alternativas. Para suplir la papa amarilla nuestra se usa la papa agria gallega y salen las causitas muy ricas, igual pasaba con la corvina para el ceviche, porque no entraba al mercado español”.

Aceituna kalamata y aceituna negra peruana

 

Durante los años 90, en la época del primer gobierno de Fujimori y el terrorismo senderista, miles de peruanos emigraron a España buscando oportunidades, sólo necesitaban un contrato de trabajo. Esto acrecentó la demanda de ingredientes, y de la misma manera, aprovecharon sus equipajes para viajar en cada ocasión.

“En el 2005, la importación de ingredientes se formalizó con la aparición de distribuidoras, empezaron a preguntar qué es lo que se necesita y ellos son los que deciden importar. Yo trabajo con Vaper, es una distribuidora de dueños españoles, ellos han puesto sus tierritas en Perú y se traen sus productos, por ejemplo, yo tengo una especie de ‘Inca Kola’ de ellos pero pone ‘Vaper Dorada’, que es igualita a la original, lo hemos probado en la cocina con un montón de peruanos”.

Ya han pasado 45 años desde que El Inca abriera y su esencia sigue intacta, así como la cocina criolla que sigue siendo la representante. El ají de gallina es el favorito de los comensales aunque también hay otros platos de la influencia chino-peruana como el arroz chaufa, o africana como los anticuchos, y los clásicos ceviche, tiradito, causa limeña. El pisco sour hecho con macerado de quinua es espectacular por lo refrescante que es, y no aturde de más, mientras que los postres de la casa, cheesecake de maracuyá, cheesecake de lúcuma y algarrobina, tocino de cielo y flan casero, sin duda merece la pena probarlos.

A pesar del paso de los años, el público de El Inca sigue siendo el habitual, pese a los cambios de propietarios. En una mesa frente a la mía, unos comensales españoles, todos mayores, salvo una chica más joven, pedía una segunda ronda de piscos. Al terminar, piden la cuenta al mozo, uno de de los mayores le dice a la más joven “aquí ya me conocen, yo venía desde hace 50 años”. En ese momento, me imaginé la primera versión del restaurante, El Inca de los años 70.

Si estás en Madrid y quieres conocerlos puedes pasarte por Calle de Gravina, 23, o llamar para reservar al 915 32 77 45.

“La Peruanita” tiene todo lo que necesitas para cocinar peruano

Productos la peruanita

Para cualquier amante de la cocina peruana que está buscando lo auténtico, La Peruanita es una tienda online especializada en la venta de ingredientes peruanos, de primera calidad.

La tienda la fundaron una pareja de peruanitos afincados en Barcelona y enamorados de la gastronomía del país, tan de moda en España y el mundo. En enero de este año, recién se inicia esta aventura emprendedora en la que ellos serán en cierta medida embajadores del Perú a través de sus sabores.

El ceviche y el pisco sour son los emblemas nacionales que mejor se reconocen fuera de las fronteras y ha ganado ya muchos adeptos, y que en consecuencia, han favorecido que muchos restaurantes españoles incluso los tengan en su carta. Poco a poco, estos platos han abierto la puerta a otros, así, el ají de gallina, el arroz chaufa, o la papa rellena ya se empiezan a reconocer en el nuevo público de adopción.

«Otra de las razones por las que surge esta iniciativa es la gran migración de los compatriotas que vivimos hace décadas en este país, y que junto con nosotros, han viajado siempre nuestros ingredientes. Porque donde quiera que vaya un peruano, siempre estará presente su comida, forma parte del ADN nacional.

Con esta visión, La Peruanita quiere acercarnos más de 500 productos seleccionados para poder disfrutar de los aromas de la tierra y preparar un ají de gallina, un lomo saltado o una causa limeña, como si estuviéramos en el propio Perú. Aparte de lo más básico de nuestra cocina, incorpora a su oferta los famosos superalimentos que tanto se habla hoy en día, varios de los cuales son andinos, además de una buena carta de piscos y vinos nacionales que no es tan sencillo encontrar en cualquier sitio, merece la pena echar un vistazo en esta sección.

Para comprar, la web dispone de un buscador para encontrar el producto deseado, o también se puede buscar manualmente en los apartados del menú principal, donde los productos están clasificados por categorías.

Como método de pago, se puede elegir entre tarjeta Mastercard o Visa, o pagar vía Paypal. Los envíos son a toda España.

 

El secreto de los ingredientes

 

El ají amarillo y el ají panca -colorado- están omnipresentes en cualquier guiso para hacer un sofrito con ajo y cebolla. Son los primordiales de la cocina peruana y La Peruanita tiene una gran variedad de ajís en pasta de La Latina, Alacena, Minka, Del Huerto, Intertropico, marcas distribuidas en España y Europa.

Así como otras salsas muy comunes, ya listas para consumir como la crema huancaína, la crema “Tarí”, el “Uchucuta”, de reconocidas marcas peruanas como Alacena o Provenzal.

ajís peruanos en pasta

 

Superalimentos exóticos

 
En estos últimos años están surgiendo cuestiones en los consumidores como qué es lo que estamos comiendo. Así que las personas empezamos a buscar la manera de comer más sano, y es donde los superalimentos entran a la batalla. Todos provienen de reino vegetal y son un interesante agregado nutricional a nuestros platos.

La Peruanita tiene un buen abanico de ellos, muchos, provenientes del Perú. La maca energizante, el cacao antidepresivo, el camu camu con 40 veces más vitamina C que la naranja, el maíz morado antioxidante, y muchos más, accesibles desde el menú principal de la web. Se presentan en forma de cápsulas o comprimidos como complemento alimenticio, o también en polvo, para reforzar, por ejemplo, los batidos de frutas. La maca de 100 comprimidos de 500 mg por 14 euros y la harina 250 gramos por 4.70 euros.

También disponibles la chía, la kiwicha o amaranto, el baobab , la alfalfa, el alga chlorella, el coco, la cúrcuma, la uña de gato, la espirulina, la graviola, el guaraná, el lino, la lúcuma, el té matcha, la moringa, la quinua, el goji, el yacón, el polén de abeja, el tocosh, o las harinas de calabaza, guisante y arroz.
 

Piscos y vinos

 

El repertorio de piscos y vinos de La Peruanita es amplio. Los piscos son de uvas nativas del Perú, el acholado, el italia, el moscatel, la quebranta, el torontel, de marcas tales como Pisco Finca Rotondo, Pisco Montesierpe, Pisco Vargas y también hay piscos sours ya preparados en botella.

En cuanto a vinos, la industria nacional prácticamente acaba de arrancar con uvas francesas cultivadas en el Perú. En este muestrario, La Peruanita dispone de los siguientes: vino Finca Rotondo de uvas cabernet sauvignon, malbec, o malbec reserva; vino Viña Vieja de uvas borgoña, chenin blanc, gran rose, o malbec semiseco.

Los piscos van desde los 17 euros y los vinos peruanos desde 9,50 euros.
 

Para más información:

info@laperuanita.es

Telf 605 836 375

Web: La Peruanita

 

Chambí

Chicharrón criollo o pan con chicharrón

Chambí es uno de los ocho puestos de comida ubicados en la Chispería del Mercado de Chamberí, y uno de los cinco restaurantes del chef Omar Malpartida que tiene en Madrid. Este local está especializado en sánguches peruanos y en bao buns, pan chino al vapor con varios rellenos.

La carta es corta. El más emblemático de los sánguches es el Criollo Chicharrón, el tradicional “pan con chicharrón”, que es equivalente al bocata de calamares típico de Madrid. El puntazo de Chambí son las dos técnicas de cocina rústicas que ha exportado Malpartida desde Perú para cocinar la carne. Para el cerdo del pan con chicharrón utiliza la caja china, que tal como dice su nombre es una caja de madera, revestida con acero y con planchas del mismo material, donde se colocan los ingredientes, luego se cierra, y arriba se colocan brasas; el resultado es una carne suave y con la piel muy crujiente. Omar cuida bien todos los detalles del sánguche nacional, conserva el pan francés crujiente con una mayonesa de ají amarillo sin picante, chips de camote y por supuesto salsa criolla. Este plato se remata con un gran torrezno sobre el pan, un bonito guiño a España.

Pollo Pardos y carta de Chambí

Sólo hay dos sánguches en la carta, el segundo es Pollo Pardos, que recuerda a la homónima cadena de pollos a la brasa en Perú, hecho con pollo al cilindro, la segunda de las técnicas de cocina que Malpartida implementa. Este elemento es un barril metálico como los de las compañías petroleras, que incorpora parrillas en su interior, en la parte superior se pueden colgar carnes, y tapado arriba, con brasas en el fondo, consigue unos ahumados fabulosos. El toque final del plato lo da la salsa chimichurri, chips de papas y la salsa de ají amarillo.

En cuanto a los bao buns están rellenos de sabores asiáticos como el del pato Pekín laqueado, salsa hoisin de rocoto y tamarindo, pepino y cilantro o el Ta Thai, costillita ahumada deshuesada, barbacoa de especias, pisco, cacahuetes, albahaca y nabo encurtido. El único bao venezolano, la Reina pepiada.

Ni sánguches ni baos como dice la carta. También hay opciones de alitas de pollo, papas ahumadas al cilindro y patacones, plátano machacado frito.

Teléfono: 603 40 64 16

Dirección: Calle de Alonso Cano, 10, 28010, Madrid

Horario: de Martes a Domingo. Cierra domingo por la tarde y lunes, todo el día.

Web: Chambí

Precio medio: 8 euros. No incluye bebidas

Mapa:

Cómo preparar una señora papa rellena y ¿el ingrediente que utilizo para que no se desmorone el frito?

Papa rellena

Masa de papa rellena de carne picadita, huevo y aceitunas frita, muy doradita, casi siempre acompañada con una salsa criolla.

 

La papa rellena vale para todo, es un entrante de un menú, o el plato principal si se acompaña con arroz. Pero también es callejera recuerdo en mi época escolar, a la señora del quiosco de la puerta del colegio, la servía en platito con tenedor de plástico por apenas 50 céntimos. En una versión más actual, se puede reciclar sobras de algún guiso de carne, de una salsa de mariscos o de ají de gallina para el relleno, ya lo he dicho es una todo terreno. Aquí en España, la papa rellena hace recordar a la “bomba” de carne que nos ponen en la barra de un bar en España, aunque es como el triple de grande.


Ingrediente consistente

La papa blanca en solitario para la masa, queda muy elástica y pegajosa con el riesgo de desmoronarse con el aceite hirviendo de la sartén.

En Perú, popularmente se combina la papa blanca y la amarilla. La textura arenosa que tiene la papa amarilla hace que con la viscosidad de la blanca formen una masa ideal para la fritura. El Chef Gastón Acurio propone la siguiente fórmula con papas autóctonas “ mitad papa blanca tipo yungay o canchan, y la otra mitad papa amarilla o huamantanga”.

En España, salvo lugares más especializados, simplemente se ofrece “patata para cocer” o “patata para freir”, así de genérico y en la etiqueta muchas veces tampoco se explicita comercialmente la variedad. Si te pones la gafas y la buscas , se encuentra comunmente a la “monalisa”, que es una papa blanca, que sirve un poco para todo. Así que para darle más fuerza he añadido un poco de yuca, muy fácil de encontrala en cualquier mercado.


Receta de una señora papa rellena

Resultan 6 papas con estas cantidades

Ingredientes:

Para la masa

3/4 kg. de papa blanca
1/4 kg. de yuca (unos 200 gr)

Para el relleno

200 gr. tapa de res
Un chorrito de caldo de carne o agua
1 cucharadita de ají panca o pimentón molido
½ Cebolla roja
1 diente de Ajo machacado
Pimienta y comino
Sal
4 Aceitunas picadas en rodajas
1 Huevo
10 Pasas rubias

Para freír

Harina
Aceite

Preparación:

Cocemos las papas con piel (tarda una media hora) faltando unos 10 minutos, se puede poner la yuca pelada.

Cocer los huevos

Picar la carne de res en cuadraditos con el cuchillo, más pequeño de lo que suelen dar en la carnicería.

Picar la cebolla, el ajo, mientras cuecen las papas.

Prensar la papa y la yuca juntas cuando estén tibias. Echar sal al gusto y amasar con las manos. Pasamos al sofrito mienras se termina de enfriar la masa

Relleno

Para el sofrito, el aceite, la cebolla y el ajo, remover hasta que esta transparente. A continuación, agregar la carne y sellarla, ¡pin y pan! a ambos lados. Le toca al ajo picado, ají panca o un poco de pimentón, pimienta, comino, sal, las pasas y las aceitunas. Agregar un chorrito de agua o caldo de carne para que quede jugoso. Listo el relleno.

Prensar la papa y la yuca juntas.

Pela y cortar en cuadraditos el huevo ya cocido.

Para la masa, aquí está la parte laboriosa.

Papas rellenas listas para freir

En cuatro bowls separamos:

Bowl 1: El relleno
Bowl 2: El huevo
Bowl 3: La harina
Bowl 4: La masa de papa

Coger la papa del tamaño de tu mano, la aplastamos y con una cuchara marcamos el centro, lo rellenamos (con una o dos cucharadas), cerramos con un poco más de papa intentando dejar una bonita forma ovalada. Luego, espolvorear con harina como en la foto indicada.

Y ya está listo para freír con aceite muy caliente pero con mucho cariño y paciencia para que mantenga su forma.