Piano Bar Múnich famoso por su salchipapa alemana, cerveza y música, en pleno centro de Lima

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El piano bar es un concepto de los años 60 y 70, un espacio íntimo y bohemio donde tomar una cerveza y conversar con la música de fondo del pianista. Pocos ya quedan en el mundo con su esencia original y en Lima, quizá éste sea el único sobreviviente.

Piano bar Munich todavía mantiene viva esa magia de una Lima en el que el tiempo se detuvo. Su ubicación está escondida y eso también le da un encanto absoluto, la mejor referencia es que está bajando desde la Plaza San Martín por el Jirón de la Unión, en la acera de enfrente a la Compañía de Bomberos, a unos 30 metros más abajo. Es en el portal 1044, donde bajando una escalera, llegas a un sótano que a su izquierda tiene una puerta en forma de barril gigante de cerveza, y eso significa que has llegado, por fin. No te confundas, al costado hay una discoteca que es otro negocio, ajena al local. Parece que la dirección es como el mapa para encontrar el tesoro pero juro que merece la pena.

Fue fundado por una pareja suizo-alemana en 1954, su barra, sus mesas y las columnas son de madera, así como el ambiente de penumbra hace recordar a los bares germánicos y otros detalles como en la foto.

La célebre jarra de cerveza y las salchichas alemanas

Célebre son la salchipapa del viejo Munich hecho de cuatro tipos de salchicha alemana: la gigante, la blanca, la cervelat y el chorizo ahumado, la jarra cerámica de cerveza y la música del simpático pianista Mario Castro, el trabajador más antiguo de esta casa, va pasando la gorra para las propinas, como era tradición de estos locales sesenteros. Las canciones que toca son bellos clásicos de Wagner, la danza del Zorba el griego y según lo pida la noche, música más actual de artistas, películas o series animadas.

En las mesas de Munich se sentaron escritores, periodistas, políticos e intelectuales del siglo XX. Hoy es el punto de encuentro mayormente de universitarios, grupos de amigos y parejas en la que de la nada le puede abordar románticamente un vendedor de rosas dentro del bar, una bonita escena que da una sensación de que estamos en la Lima de antaño.

En el año 2010, el chef peruano Gastón Acurio visitó este bar con su programa Aventura Culinaria y denominó a su salchipapa como la mejor de Lima. El bar te lo hace recordar en un cartel en la puerta y en la propia carta. Volveré.

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Dirección: Jirón de la Unión 1044, Lima, cerca de la Compañía de Bomberos.
Teléfono: +51 985 644 045, +511 5737390
Página web: Piano bar Munich
Precio medio: 20 soles
Tipo de cocina: Bar
Carta: Piqueos
Horario: Lunes a sábado de 17:00 a 00:00. Domingo, cierra.
Parking: No
Comentarios: Sólo pago en efectivo

Mapa

Más dulce que el azúcar: Dulcería Doña Carmen

La dulcería es lo que popularmente conocemos como una pastelería. En el Perú colonial, la herencia repostera ha tenido mucho que ver con la radicación de las monjas españolas en nuestras tierras. Muchos monasterios eran afamados por sus dulces. En Lima, por ejemplo, El Carmen presumía de sus buñuelos de miel espolvoreados con hojas de arroz y lentejuelas de oro.

Hoy en día, las dulcerías sobreviven con este nombre en las Islas Canarias y en América. Como en Trujillo, ciudad ubicada al norte de Perú, la Dulcería Doña Carmen es famosa por sus postres tradicionales. La fundadora, del mismo nombre, empezó en 1925 con el negocio que llevan actualmente sus nietas. En sus inicios, Doña Carmen empezó desde abajo, con una pequeña mesa y un brasero con ollas afuera de su casa, en el que iba calentando sus dulces. El aroma seducía a todo goloso que pasara por la calle, por lo cual se llevó el apelativo de «Doña Tentación». Y por la misma tentación, fue también como yo caí en esta tradicional dulcería del Jirón San Martín, cerca a la Plaza de Armas. El ambiente del local guarda el espíritu de las dulcerías antiguas, mesas y sillas de madera, y un escaparate lleno de manjares deliciosos, en el que se te van los ojos…

Algunos de los postres de la Dulcería Doña Carmen

 

El dulce de higo tarda hasta 3 días de elaboración

Dulce de higos
 
La leche asada está hecha de leche fresca
 
Leche asada

 

Cheesecake de fresa, se sirve a temperatura ambiente

Cheesecake de Fresas

Dulcería Doña Carmen

  • Lo recomendaría: Visita obligada, si vas a Trujillo
  • Dirección: Jr. San Martín 814, Trujillo
  • Teléfono: +51 987 300 166

Fuentes del texto:

«Palabras Moribundas», de Pilar García Mouton y Álex Grijelmo
Entrevista de la repostera Sandra Plevisani
«Cocina Monacal en la Lima virreinal», de Eduardo Dargent Chamot

Bodega de la Trattoria: La torta de 5 leches de Sandra Plevisani

Acabo de salir de la Bodega de la Trattoria, el restaurante italiano de la famosa repostera Sandra Plevisani, donde puedes probar cualquiera de sus postres célebres o comer buena pasta con una copa de vino y tener una velada agradable con amigos. Un must eat en Lima.

Era la hora del lonchecito y probé su famoso postre Cinco leches, una de las estrellas del restaurante y un fenómeno de las antiguas ediciones del festival de gastronómico Mistura en Lima, donde ella misma la vende. El Cinco leches de Sandra cuesta 24 soles, poco más de 6 euros, que está bien para un bolsillo español pero que ciertamente es algo caro para un peruano medio. Simplemente si lo comparas con el precio de los menús del día en Lima, que están en torno a los 10-15 soles. Claro que, por el tamaño que tiene, bien se puede compartir, y ya la cosa cambia.

El postre a primera vista es espectacular, un monumento. Después de probarlo, comprobé que sin duda era bueno. Sin embargo, me ha servido para darme cuenta que supera mi nivel de golosidad, está pensado para los más dulceros, la generosidad de Sandra es grande y te puede embriagar con tanto agasajo: leche condensada, leche evaporada, crema de leche fresca, leche de coco, leche fresca y manjar blanco, son las cinco leches que bañan el bizcocho. Dos de los lácteos, se presentan como merengue y manjar blanco montados, y luego en la decoración, lleva coco rallado y trozos de fruta fresca, en la leche derramada y una rejilla de caramelo, hecho de miel de azúcar. Un chute de glucosa que te pone a mil, sin duda mejor que un Redbull (bebida energizante). Tanto así fue mi experiencia que no puede acabármelo yo sola, de forma que lo pedí para llevar y compartirlo en casa, y de paso repartí melosidad entre los míos 🙂

La Bodega de la Trattoria

  • Lo recomendaría: Sin duda, una buena opción para comer pasta y postres
  • Dirección: Avenida Armendáriz 299, Miraflores, Lima (su primer restaurante)